Una promesa del tenis que surgió entre las frutas de Corabastos.

A sus 17 años, Ana María Sánchez Torres acumula reconocimientos por su disciplina.

Ana María Sánchez Torres se inició como tenista entre las frutas y verduras de Corabastos.Dos atmósferas distintas, entre el trabajo y el deporte, entre lo burdo y lo sofisticado, dieron a esta campeona la disciplina y la pasión con que representa a su gente.

Cuando apenas tenía 5 años, esta bogotana jugaba con las cajas de frutas y los limones que vendía su familia, semejando una raqueta y una pelota de tenis. «Una vez estaban destapando unas cajas de durazno y ella salió corriendo por una tabla para jugar con los limones y se cayó, se hizo un chichón, lloró y al momentico siguió jugando», recuerda su padre, Wilson Javier Sánchez Hernández.

Proveniente de una familia campesina, hija de padres comerciantes de Corabastos, y ambos miembros de la Policía Nacional, Ana María siempre los acompañó a vender los plátanos y las frutas.

Llena de reconocimientos

Hoy, con 17 años, esta tenista profesional exhibe en el estudio de su casa todo tipo de trofeos, medallas y reconocimientos locales e internacionales que le recuerdan, por ejemplo, aquella vez en que, en el año 2007, se coronó campeona del Circuito Colombia, en Cali donde, además, se convirtió en la tenista más joven de Suramérica en ser convocada a una federación.

También está la gira Cosat de Bolivia, en el 2008, donde obtuvo el puesto número 8 del escalafón suramericano.

Apenas un año más tarde, cuando la bogotana ya era la número 6 de Suramérica y la 2 de Colombia en su categoría, el 16 de mayo del 2009, a las 2 de la tarde, fue operada de una osteocondritis disecante del talo bilateral (un trastorno en las articulaciones del cartílago y el hueso en los tobillos), de la que pensó que no saldría exitosa. »Me arriesgué y, en la silla de ruedas, seguí jugando tenis porque le dije a mi papá: si me quedo quieta, me muero», cuenta con nostalgia.

Ella no ha dejado la costumbre de ayudar a su familia con las ventas en Corabastos, pues siempre está orgullosa de su pasado.
»Acá aprendí a caminar. Entonces, siempre que estoy por fuera me acuerdo de que en Corabastos hay gente trabajadora, humilde y que madruga a trabajar y a luchar por su familia», relata.

Ahora, y después de su recuperación, esta campeona vuelve a picar la pelota en el polvo de ladrillo, escalafonada en el puesto 580 de la ITF (International Tennis Federation), con la aspiración de llegar a la WTA (Women’s Tennis Association).

Mientras tanto, se prepara para iniciar en España la pretemporada con la que espera conseguir mas títulos profesionales, como el Roland Garros Junior French Championships, el próximo año, en Francia.

Carlos Raigoso
Periodista de Citynoticias

Fuente e imagen: El tiempo

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